Saturday, September 06, 2014

Poesía y resistencia: supongamos que estoy en Guantánamo.

A modo de prólogo

En los terribles años de Yezhov hice cola durante diecisiete meses delante de las cárceles de Leningrado. En una ocasión alguien me reconoció. Entonces una mujer que estaba detrás de mí, con los labios azulados, que por supuesto nunca había oído mi nombre, despertó del entumecimiento en el que todas parecíamos sumidas y me susurró al oído (porque allí hablábamos todas en voz baja):
-          ¿Y Usted puede describir esto?
-          Y yo dije:
-          Sí puedo.
Entonces, algo parecido a una sonrisa resbaló en aquello que una vez había sido su rostro.


(Anna Ajmatova, Réquiem, 1963)