Ni si quiera como en Taxi Driver, ni siquiera un De Niro a punto de acabar con lo que le queda a mano de la realidad.
Un remisero, que habló de toda su vida desde que me senté hasta que me bajé de su auto. Desde que nació hasta que me bajé de su auto.
"A mi mujer lo único que le interesa es que le lleve la plata"
"Mi papá era un gallego miserable"
"Duermo tres horas"
"la amo como desde el primer día"
"... yo quiero largar esto, viste? y seguir con mi taller de bicicletas, eso es lo que me gusta..."
"Tómese un té en la agencia, hágase un poquito de vapor, no piense"; dije.
Fui buena fui condescendiente casi fui frágil mientras hablaba él mientras lloraba y exponía él, me sostuve con las amarillas y titilantes con las sonoras luces de Pompeya.
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