Sunday, June 21, 2009



Y así todo lo que ves la dulzura y la fragilidad y la montaña que contaba; lo que contaba dentro de la habitación debajo de las frazadas negras; tosí y volví sobre la sombra que nos seguía, era una mujer horrible con anteojos que aún no conocemos; todo lo que ves no me lo imagino ni presiento, estoy a lado, toso y duermo debajo de las frazadas negras, a veces te comento sobre la dulzura y fragilidad, sobre los lugares que visité, cocino encorvando la espalda con años de más pero después me avergüenzo con años de menos, estoy a lado, del brazo, encima, durmiendo, sostenida; vos salís de un bosque a pesar del todo furibundo romanticismo y pedí deseos, más de cuatro; que nos amparen, que no me vuelva horrible, que me desvanezca cada día; porque no conozco este interior en su apariencia externa.

1 comment:

el coro suelto said...

noe, me enteré que pasaron por casa el otro día y no estábamos. pasense en estos días, cuando quieran, así tomamos algo y charlamos.